En el mundo de la nutrición, los mitos abundan. Hoy quiero ayudarte a entender por qué algunas de estas creencias no son lo que parecen. Aquí van algunos ejemplos:
Mito 1: «Los alimentos bajos en grasa no engordan.»
Es cierto que estos productos suelen tener menos grasa que sus versiones originales, pero eso no significa que sean libres de calorías. De hecho, muchos contienen azúcares añadidos y otras sustancias químicas para mejorar el sabor, lo que puede resultar en un producto igual o más calórico. ¡No te dejes llevar por el marketing! Aprende a leer el etiquetado nutricional.
Mito 2: «Comer carbohidratos por la noche te hace engordar.»
No es la hora, sino el balance total de lo que comes a lo largo del día lo que importa. El cuerpo no tiene un «reloj de engordar», pero sí procesa mejor los alimentos si llevas una rutina adecuada. Los carbohidratos son esenciales, incluso de noche, si se consumen en la cantidad adecuada para tus necesidades.
Mito 3: «Saltarse comidas ayuda a perder peso.»
Aunque puede parecer lógico, saltarse comidas a menudo provoca más hambre y antojos descontrolados más tarde. Esto puede llevar a comer más de lo necesario y generar atracones.
Mito 4: «Los jugos detox eliminan toxinas.»
Tu cuerpo ya tiene órganos especializados para desintoxicarte: el hígado y los riñones. Los jugos pueden ser refrescantes, pero no reemplazan una alimentación balanceada ni limpian mágicamente tu organismo.
Mito 5: «Algunos alimentos o productos nutricionales pueden quemar grasa.»
No existen alimentos mágicos que quemen grasa por sí solos. Aunque ciertos productos pueden acelerar levemente tu metabolismo, el impacto es mínimo si no hay un balance entre dieta, actividad física y hábitos saludables. No caigas en promesas engañosas; la clave está en un enfoque integral y sostenible.
¿Te sientes identificada?
Estos mitos son solo la punta del iceberg.